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26 de noviembre de 2008

España rompe todos los pronósticos

La Copa Davis del milagro. Sin Nadal y con Ferrer en un papel secundario, el tenis español agarró la tercera Copa Davis de su historia, primera fuera de casa. Otro 'tapado' de lujo, Fernando Verdasco, hizo el punto definitivo al vencer al argentino José Acasuso en un apasionante pulso en Mar del Plata. No hizo falta el quinto partido Nalbandian-Feliciano, el otro gran héroe. El tenis español está en la cima sin el concurso en la final de la mejor raqueta mundial, Rafa Nadal.

El equipo de Emilio Sánchez Vicario se sobrepuso a las adversidades, la ausencia del número uno del mundo, la cancha y una atmósfera hostil, en una demostración de fortaleza colectiva. El deporte nacional corona su año mágico, el tenis culmina un curso difícilmente repetible: a los triunfos de Nadal en Roland Garros, Wimbledon y los Juegos Olímpicos se une la Copa Davis.

Una derecha paralela fulminante puso fin a un partido de extraordinaria emotividad, que por momentos dio la impresión de que ninguno de los dos protagonistas iba a ser capaz de ganar. Fernando Verdasco derrotó a José Acasuso en cinco sets y obtuvo la gran victoria de su vida. Dos días antes fue Feliciano López, junto a quien se hizo con el punto de dobles, el que abrió el camino gracias a la victoria frente a Juan Martín del Potro. Los dos zurdos respondieron en una ocasión de máxima exigencia. Aparentemente descapitalizada por la baja de su mejor jugador, del mejor tenista del momento, y con su número dos en un estado crítico de forma, España tiró de un banquillo que ha terminado por revelarse merecedor de la mayor confianza.

El capitán Emilio Sánchez Vicario -que renunció a la capitanía una hora después de la gloria- se mostró también a la altura de un reto histórico. Acertó en todas las decisiones. Arriesgó otorgando a López la etiqueta de número dos en la jornada inaugural y supo mover el banco para el punto definitivo, apostando por Verdasco en lugar del decaído Ferrer.

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