Madrid respondió y convirtió la plaza de toros de Las Ventas en un gran día de fiesta coronado con el 2-0 a favor de España. No faltó de nada. Ni la banda de música taurina, ni los pasodobles ni el apoyo en cada punto que se disputaba. Nadal se llevó toda una batería de elogios en su partido contra Querrey. "Ese es mi Rafa", le gritaron cuando remontó el set de desventaja ante el estadounidense. Después del triunfo, el manacorense se fue a charlar con su amigo Pau Gasol. Mientras, Pedro Muñoz, el discutido presidente de la Federación Española de Tenis, sacaba pecho tras el doble triunfo que nadie quiso compartir con él.
No hubo lleno en la que ya es la segunda pista más grande del mundo, tras la Artur Ashe del Abierto de EEUU, con 21.000 espectadores. Para albergar la semifinal se tuvieron que anular dos conciertos de música y una corrida. A más de 600 metros de altura sobre el nivel del mar, los jugadores intentaron olvidar la polémica suscitada por la elección de Madrid como sede de la semifinal. "No vamos a hablar de eso. Ya es suficiente, pero la altitud ha ayudado a Querrey. A mí me ha costado más devolver la bola", decía Nadal tras vencer al norteamericano.
En el coso hubo muchos vips. El madridista Raúl llegó desde Valdebebas y departió con Verdasco, que jugará el doble con Feliciano López. Miguel Bosé tampoco se quiso perder cómo el público coreaba lo de "torero, torero", cuando Nadal cerraba su partido. El manacorense no se vio con el traje de luces: "No me he sentido torero, sino tenista y sufriendo", dijo. Tras el triunfo de Ferrer, Muñoz alzó los puños como si la cosa hubiera sido obra suya. Acababa de hacer la ola junto al Príncipe Felipe, otro espectador ilustre.
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No hubo lleno en la que ya es la segunda pista más grande del mundo, tras la Artur Ashe del Abierto de EEUU, con 21.000 espectadores. Para albergar la semifinal se tuvieron que anular dos conciertos de música y una corrida. A más de 600 metros de altura sobre el nivel del mar, los jugadores intentaron olvidar la polémica suscitada por la elección de Madrid como sede de la semifinal. "No vamos a hablar de eso. Ya es suficiente, pero la altitud ha ayudado a Querrey. A mí me ha costado más devolver la bola", decía Nadal tras vencer al norteamericano.
En el coso hubo muchos vips. El madridista Raúl llegó desde Valdebebas y departió con Verdasco, que jugará el doble con Feliciano López. Miguel Bosé tampoco se quiso perder cómo el público coreaba lo de "torero, torero", cuando Nadal cerraba su partido. El manacorense no se vio con el traje de luces: "No me he sentido torero, sino tenista y sufriendo", dijo. Tras el triunfo de Ferrer, Muñoz alzó los puños como si la cosa hubiera sido obra suya. Acababa de hacer la ola junto al Príncipe Felipe, otro espectador ilustre.
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